miércoles, 28 de septiembre de 2011

LA EXPEDICIÓN DE PEDRO DE VALDIVIA

Al volver los soldados de Almagro al Cuzco narraron las penurias y
pobrezas que habían sufrido en su viaje al sur, por lo cual los territorios
de Chile quedaron muy desacreditados. En la misma época llegaba al
Perú Pedro de Valdivia, incorporándose a las fuerzas de Francisco Pizarro
en contra de Diego de Almagro y sus partidarios. Como recompensa
por su participación en la batalla de Las Salinas, obtuvo tierras y una
mina de plata.
En 1539, Valdivia se mostró interesado en organizar una nueva expedición
a Chile. No contaba con una capitulación, pero fue autorizado por
Pizarro quien lo nombró su teniente de gobernador. Para financiar la
expedición vendió todos sus bienes y debió asociarse con algunos comerciantes
y capitanes españoles en Perú. Tuvo, además, grandes dificultades
para poder sumar a otros soldados a su expedición producto de
la mala fama de las tierras de Chile y de sus habitantes.
Mientras preparaba su viaje a Chile, Pedro de Valdivia se encontró
con la sorpresa de que un antiguo secretario de Pizarro, Pero Sancho de
la Hoz, había llegado de vuelta de España con un permiso directo del rey
para iniciar la conquista de todos los territorios al sur del Perú. Luego de
la mediación de Pizarro, Valdivia y de la Hoz terminaron asociándose
para conquistar juntos el territorio chileno.
Después de seis meses pregonando la expedición, Valdivia salió del
Cuzco en enero de 1540, acompañado de una mujer, Inés Suárez, una
decena de soldados y unos 1.000 indios yanaconas. Estaba dispuesto a
seguir la ruta del desierto y confiaba que en el camino se le sumarían
otros expedicionarios que habían partido a la conquista del Altiplano, sin
éxito. Así sucedió y la hueste llegó a contar con unos 150 españoles.
El camino del desierto estuvo marcado por la escasez de agua y alimentos,
pero fue mucho mejor que el que había seguido Almagro por el
altiplano. Avanzando por Tarapacá y Atacama, en octubre de 1540 Valdivia
llegó al valle de Copiapó y tomó posesión del territorio
en nombre del rey, bautizándolo como Nueva Extremadura
en honor a la región donde había nacido. Se quedó allí
unos dos meses, para luego alcanzar el valle del Aconcagua.
La hostilidad de los indígenas liderados por su cacique Michimalonco
llevó a Valdivia a continuar hacia el sur y, en
diciembre de 1540, llegó al valle del río Mapocho.


La conquista de Chile

Después del fracaso de Almagro, nadie en el Perú quería venir a Chile. Pero tres años después del regreso de esta expedición, en 1539, Pedro de Valdivia -experimentado soldado y maestro de campo de Pizarro- le solicitó a su gobernador permiso para conquistar Chile. Pizarro accedió, nombrando a Valdivia teniente y capitán general; pero dejó en sus manos organizar y pagar la expedición.

Nadie entendía las razones por las cuales Valdivia renunciaba a sus bienes y emprendía un viaje hacia un territorio pobre y que era defendido con fiereza por sus habitantes. Por ello sufrió dificultades para armar su expedición, ya que le costó reclutar soldados y, además, su fortuna no le alcanzó y debió asociarse con un rico comerciante, Francisco Martínez. Y por motivos políticos tuvo que asociarse, también, con Pedro Sancho de Hoz, a quien Carlos V había concedido en 1539 la autorización para descubrir y gobernar las tierras situadas al sur del Estrecho de Magallanes.

En enero de 1540, Valdivia salió del Cuzco acompañado por apenas once soldados, algunas decenas de indígenas y una mujer española llamada Inés Suárez, siguiendo la ruta del desierto por la que había regresado Almagro. En esta segunda empresa se pretendía la conquista de Chile y la fundación de asentamientos estables, por lo que llevarían consigo semillas y animales domésticos.