miércoles, 28 de septiembre de 2011

La conquista de Chile

Después del fracaso de Almagro, nadie en el Perú quería venir a Chile. Pero tres años después del regreso de esta expedición, en 1539, Pedro de Valdivia -experimentado soldado y maestro de campo de Pizarro- le solicitó a su gobernador permiso para conquistar Chile. Pizarro accedió, nombrando a Valdivia teniente y capitán general; pero dejó en sus manos organizar y pagar la expedición.

Nadie entendía las razones por las cuales Valdivia renunciaba a sus bienes y emprendía un viaje hacia un territorio pobre y que era defendido con fiereza por sus habitantes. Por ello sufrió dificultades para armar su expedición, ya que le costó reclutar soldados y, además, su fortuna no le alcanzó y debió asociarse con un rico comerciante, Francisco Martínez. Y por motivos políticos tuvo que asociarse, también, con Pedro Sancho de Hoz, a quien Carlos V había concedido en 1539 la autorización para descubrir y gobernar las tierras situadas al sur del Estrecho de Magallanes.

En enero de 1540, Valdivia salió del Cuzco acompañado por apenas once soldados, algunas decenas de indígenas y una mujer española llamada Inés Suárez, siguiendo la ruta del desierto por la que había regresado Almagro. En esta segunda empresa se pretendía la conquista de Chile y la fundación de asentamientos estables, por lo que llevarían consigo semillas y animales domésticos.


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